5.11.06

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¿El fin de la historia?

Dudo mucho que a la historia le haya caído en gracia que en 1989 el politólogo Francis Fukuyama (Chicago, 1952) la declarará muerta. Pues a raíz de eso ha desatado un sinnúmero de sucesos que siguen sumándose a los anales de la realidad contemporánea.

Ahora mismo asistimos no solo al enorme torbellino que es el devenir de la vida, sino que además, tal como lo dijera Fernando Savater: “estamos en una sociedad de consumo sin tregua que devora a través de la mediología global invenciones e imágenes con mayor avidez todavía que ningún otro producto de mercado. Y como ruido de fondo, las lamentaciones ahora sin muro de quienes tratan de convencernos que ya no se piensa, ni se escribe, ni se innova, ni se pinta, ni se filma, ni...etcétera. Todo fluye de la modernidad liquidada a la modernidad líquida”

Ahora bien, la globalización es cada vez más la consecuencia de los medios de comunicación y los medios de transporte. Todo funciona globalmente, pero a cada momento se incrementan los fantasmas individualistas, alimentándose así la idea de la identidad. Y esto también es un grave problema: “porque esta es exclusiva (sólo nuestra), excluyente(sólo una cuenta, generalmente la religiosa) o reduccionista(contestan a todas nuestras preguntas: éticas, estéticas, políticas, etc..)”*

En el otro canto de la moneda se encuentra un concepto igual de extremo, el “multicuralismo”, que según el pensador esloveno Slavoj Zizek, es otra manifestación más de un paternalismo capitalista que, por ejemplo, crea guetos culturales para los inmigrantes en lugar de integrarlos.

Habitar el mundo desde cualquiera de los puntos antes planteados es un ejercicio de pensamiento débil que nos conduce a la intolerancia y la irracionalidad, la interrogante ahora sería: ¿Qué debemos hacer?. Sin duda alguna la respuesta se encuentra en vuestros corazones.

* Savater Fernando, La tormenta de las ideas. Babelia, suplemento cultural del diario El país, Sábado 4 de noviembre de 2006.