21.2.11

210211

Hace tanto que planeo dejar de buscar

una suerte de plenitud corporal.

Tiempo ha transcurrido desde que acepté continuar

solo como una nube que languidece en las cumbres del vacío.

Ya no suelo preguntarme:

¿Cómo podré dormir mientras haya adentro tierras desconocidas?

Tampoco me atormento sobre si alguna vez

seré la referencia de alguien o sólo la mitad de este desconcierto.

Sólo y con prudencia, cada día,

ocupo mis horas en asentir

qué sensación es simétrica al dolor.