2.11.06

03

Campamento

La noche se sentía tibia, fundiendo la ropa al cuerpo las miradas de los viajeros en el andén del metro estaban llenas de odio y fastidio, porque en este sitio tener más melanina en la dermis otorga la condición de miserable.

Bajé del transporte en la estación Campamento. Subí las escaleras y avancé hacía la esquina de Padre Piquer. Un tipo de botas amarillas, playera a rayas, y pantalón de mezclilla me preguntó que si no tenía un mechero para encender su cigarrillo. Moví la cabeza diciendo que no. Seguí de largo. Al doblar la esquina me encontré de frente a tres chicos de look hip-hopero, por sus rasgos intuí que eran españoles. Al pasar a su lado uno de ellos me grito “A tomar por el culo, Sudaca”. Seguí de largo, de pronto me jalaron de la playera haciendo que volteara y un puño se hundió en mi ojo izquierdo. Comencé a correr pero fui interceptado por un empujón que me estrelló contra la pared de un videoclub. Un golpe en el estomago me sacó el aire, mientras uno de los chicos hurgaba en mis bolsillos sacando de ellos mi celular y un billete de cincuenta euros que llevaba para comprar la despensa. Acto inmediato se fueron caminando con la pasividad de quien le quita un dulce a un niño.
Me senté en la acera a intentar comprender lo que había ocurrido. ¿Cómo era posible que me pasara eso?, ¿No se suponía que estaba viviendo en el primer mundo?. El desanimo se adueñó de mi, estaba en un país que no era el mío, sólo, golpeado, sin dinero y con un hueco en el estomago que era más decepción que hambre. No sé cuanto tiempo permanecí ahí, lo único que recuerdo es que la noche no era fría, pero en mi interior me calcinaba.

Caminé hasta el edificio en donde vivo, esperé unos minutos mientras el ascensor bajaba. Subí al sexto piso. Después de cinco intentos logré abrir la puerta del pequeño departamento. Atravesé la estancia que se mantenía en penumbras. Entré a mi habitación y me tiré en la cama a observar como el tiempo absorbe la noche hasta llegar el día en un cuartucho de 250 euros al mes, cama individual, paredes blancas, piso de madera y un closet viejo sin una puerta.