18.6.13

180613


En la luz amarilla del nuevo día, todas las cosas regresaban a él.
Jorge Luis Borges



Una vida en la más pura ortodoxia del viaje circular
no es navegar en una cinta de Moebius
sino representar que se tiene,
rumiar sobre la inmovilidad de la mesa del refectorio
en las sillas tatuadas de anécdotas
como aquellas donde las ramas secas de las plantas
fueron sembrando en el aire
según se ardían por la sequía de la mirada.

Nadie debería contar esta historia
alimentada por regalos poblados de sorpresas,
verdades tan reales para parecer ciertas,
trinares de pájaros que guían al personaje
de vuelta a su morada
para retribuir sin ambages
la energía desprendida
por sobrevivir sitiado en la geografía del caos.