6.1.12

29.12.2011

Qué hermoso es observar en un mapa
un futuro que pensaste propio.
Todas las líneas y sus trazos
en la escala de la cordura
volando igual que parvadas de aves.
Qué obscenos son a su lado
los planes y las prospecciones.
Qué grotesco corroborar in situ
que no existe la alquimia
de eso que algunos nombran
como felicidad eterna.