1.9.09

(´.`)

Aikido
Juan Antonio González Iglesias

Estamos preparados
para sobreponernos.
Es un arte. Se aprende.
Está en nuestra memoria desde niños.
Los juegos, los poemas,
las tardes traduciendo,
palabra por palabra,
las tragedias, el cruento
latín de los historiadores.
Todo va al corazón y, transcurridas
las décadas, se vuelve
serenidad. Y ahora
alguno de los textos
de los filósofos occidentales
que he leído estos días
me lleva hasta la fórmula
que con reverencia
mutua se intercambian
discípulo y maestro en el aikido.
Uno a otro se dicen:
Gracias por enseñarme.