17.2.07

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Poemas de KO un, de EL CAMINO QUE NO HE PISADO (1993)

OTRO NOMBRE
Pienso, ahora, que debemos tener otro nombre,
un nombre para guardar en nuestro nuevo corazón
durante nuestro viaje por el largo camino.
No es el nombre de ahora
sino el que pronunciamos por vez primera,
bajo las luces que se encienden, una tras otra,
al atardecer.

¡Ojalá el hombre exista más allá del hombre!

AL DESPERTAR
¿Por qué me siento tan avergonzado al despertar?
Tras el silbido del tren de la noche,
en el silencio de toda respiración,
brilla mi vergüenza.
La paloma que voló lejos
volverá a su nido
mañana por la mañana.

Negamos nuestra tragedia por mucho tiempo.
¿Fuimos perezosos?
O, más bien:
¿no es sincera la estampida del camión
que corre por la autopista a 150 kilómetros la hora
por la noche?

¿Qué hacemos?
¿Se acabó la época sincera?

LA GENTE QUE NO SABE NADA
Hay gente que cree saberlo todo.
Hay gente que cree saberlo todo
y dice: «¡Ah, eso es!»
¡Qué lejos está esa gente del sonido de la ola!

Hay gente que confirma todo,
Hay gente que afirma
y dice: «¡Ah, eso, así es!»

Pero hay gente que desconoce más
de lo que sabe cualquiera, y se queda atrás.

Su cara es como es,
su hija es guapa
y sus antepasados fueron enterrados
tranquilamente.

EL RECUERDO
Reflexiono, de repente, sobre mi vida anterior.
Si tuviera alguien a quien volver a ver,
¡qué alegría!

Entonces
lo que acabo de hacer y lo que no cumplí
son todo uno
que saluda con la mano a mi corazón vacío.

Ahora, volviendo la espalda,
si yo pudiera ir sin esperanza hasta donde las cosas por hacer
me esperan,
¡qué alegría!

Como el silbido del tren al alba
el mundo fue un niño hasta ahora.
Pero si mi añoranza aumenta constantemente
desde ahora,
¡qué alegría!